lunes, 17 de enero de 2011

Primer mártir de la Revolución Mexicana

DELFINA DÍAZ GARCÍA 
Por Cándido Portillo Cirio 
Cronista de la Cd. de Tlaxcala

“Sin novedad avanzamos hasta las primeras calles de Xicotzinco, pero al penetrar a la plaza encontramos a un grupo de hombres en número de 30, aproximadamente, y sin que midiera por nuestra parte la más ligera provocación, los del grupo al grito de ¡Viva Madero! Hicieron fuego sobre nosotros. 


En vista de la agresión inmotivada, ordené a mis soldados que hicieran fuego una sola vez, procurando de este modo intimidar a los que desde luego, se nos manifestaron como enemigos, mas lejos de producir el resultado que buscaba, tal medida hizo que una multitud, que se encontraba más lejos, se echara sobre nosotros, lanzando gritos, disparando tiros y arrojando piedras. 



Entonces si hube de ordenar una carga sobre los amotinados, a quienes dispersó la tropa entre los sembradíos de maíz que había a los lados de la calle, en que se efectuaba el encuentro. La llegada oportuna de la infantería, hizo que los sublevados acabaran de dispersarse, no sin haber sostenido el fuego durante algún tiempo, sufriendo algunas pérdidas. Al levantarse el campo se encontraron cuatro hombres muertos por parte de los amotinados y una mujer de las que arrojaban piedras.” 


Decía el Comandante de los Rurales Agustín García, para justificar su acción criminal, contra manifestantes que habían realizado un mitin en Zacatelco, el 16 de Septiembre de 1910. 


El mitin fue sancionado por Madero y encabezado por la Junta Patriótica de Zacatelco, acto de repercusión Nacional, debido al saldo trágico: 12 muertos, entre los que se encontraban Delfina García Díaz y Petronila Martínez, más de 50 heridos y más de 100 detenidos, la represión fue dirigida por el Gobernador Cahuantzi, que consideró al tumulto un reto a su dictadura y por eso llego al crimen mismo, donde las mujeres sureñas tuvieron una patriótica participación, además de Delfina García y Petronila Martínez, se distinguieron María Félix Pérez y Luisa Badillo, la primera llegó al grado de Genérala en la División “Arenas.” 



Para respaldar nuestra aseveración ahora presentamos el parte que rindió al Gobernador Cahuantzi, el Comandante del Batallón del Estado Manuel G. Bulman: “Reunida toda la fuerza en Zacatelco, continuó en marcha rumbo a Xicotzinco marchando a la vanguardia el Comandante Agustín García con 28 hombres de su fuerza, a continuación el suscrito, con 100 infantes y cubriendo la extrema retaguardia el Capitán Timoteo Márquez con el resto de la infantería. 


Como a un kilómetro, antes de llegar a Xicotzinco, se oyó un tiroteo que por sus detonaciones comprendí que era batida la vanguardia de la columna y ordené a la infantería que continuara su marcha, a paso veloz, en auxilio de la vanguardia, y al llegar los infantes cerca de la plaza de Xicotzinco, fueron sorprendidos por diversos grupos de individuos que hicieron fuego sobre ellos. 


Por lo que mande a desplegar en línea de tiradores, los pelotones que sostuvieron el fuego con los rebeldes, logrando sacarlos de sus posiciones y hacer 57 prisioneros, habiendo resultado de este encuentro, 4 hombres muertos y una mujer por parte de los amotinados, a quienes se les recogieron dos estandartes y algunas banderas, con lemas.” Firma el Comandante Manuel G. Bulman. 



El porte indica el resultado trágico, pese a que solo es la versión oficial, para el tema que nos ocupa, señala la muerte de una mujer joven de 22 años de edad, originaria de Xicotzinco, sin duda, es la primera mártir de la Revolución Mexicana de 1910. 



También es conocida como Delfina Morales, así está inscrita en la placa que se conserva en la Presidencia Municipal, en memoria de los mártires que sucumbieron en los trágicos sucesos del 15 y 16 de septiembre de 1910, en Zacatelco, Xicotzinco y Panzacola. 


En el acta de defunción 342 de 1910, asienta que se trata de Delfina García Díaz, hija legítima de Cristóbal García y María Encarnación Díaz, difunta, por tanto, Delfina Morales y Delfina García Díaz, son la misma persona. Para demostrar que se trata de la misma persona, transcribo parte del acta de defunción: 


“En Zacatelco, a las cinco y media de la tarde, del día 1º de octubre de 1910, mil novecientos diez. El suscrito Juez, hace constar que acaba de recibir un oficio de la Agencia Municipal de Xicotzinco de este Municipio, con fecha 25, veinticinco, de septiembre pasado. En que da cuenta que con fecha 16, dieciséis, del mismo, fueron muertos, como consecuencia de un encuentro entre los del pueblo y la tropa del Gobierno, los individuos: Pedro Flores, José María Jaramillo, Marcelino Pérez, María Delfina García y Cristóbal Luna.” 



En el acto asienta que comparecieron los deudos de cada fallecido, de parte de nuestra biografiada, compareció su hermana María Candelaria García de 28 años de edad, soltera. 



Los datos personales de García Díaz se funden en el medio prevaleciente durante la dictadura del Gobernador Cahuantzi, hombres y mujeres servían como peones en las haciendas Cuacualoya, San Jacinto, Palula y Dolores. A quien le iba menos mal, trabajaba en las fábricas textiles La Covadonga, El Valor, La Tlaxcalteca y La Josefina, donde pagaban un salario mísero. 


En medio de estos contrastes sociales, surge la voz juvenil que ha visto morir a sus padres en el trabajo de la hacienda o del telar, como es el caso de Delfina García, valiente mujer que no se arrodilló ante el embate de la soldadesca, que fiel a su amo, arremetió contra ciudadanos armados por sus ansias de libertad y justicia, cuyo obstáculo era la barrera dictatorial que en 1910 se derrumba, luego de sacrificios como el de Delfina García Díaz. 


Para concluir con el tema, citaremos a José Mancisidor en su “Historia de la Revolución Mexicana, 1977, p. 98. Dice: “Disuelta la convención anti reeleccionista de abril, Madero continuó su gira, ahora investido con la representación democrática de su partido, pero las persecuciones, los obstáculos, los atentados se multiplicaron, el partido oficial se asustó del despertar del pueblo y quiso contenerlo, nada logró detener al pueblo, después de 30 años de servidumbre despertaba, dispuesto a reconquistar sus derechos, alentados por el optimismo de Madero: 



El edificio de la dictadura ya se bambaleaba, ya vacila próximo a derrumbarse y no podrá resistir el primer embate del pueblo, quizá lo sucedido en (Zacatelco) Tlaxcala, debió prevenir al Gral. Porfirio Díaz, sobre la inconformidad que se acrecentaba, con el ejemplo de una valiente mujer que encabezó a la enardecida multitud y cayó abatida por las balas de los esbirros porfirianos. 


La policía inició el brutal atropello y fue lapidada por hombres y mujeres. Un Jefe pretenda arrebatar de manos de la abanderada Delfina Morales, el estandarte, y la joven, que resiste con energía, es brutalmente amenazada y soporta heroicamente, hasta que disparos de revólver, destrozan su vida en flor, Delfina Morales, cae agónica, sin que el entusiasmo sufriera mengua.”